porque antes de que se decidiera a través de la iglesia católica, que con el argumento que la circuncisión de Jesús, fue realizada 8 días después de su nacimiento, y se acordó con el imperio romano, decretar ese día como el comienzo del año calendario. Resulta ser que anterior a esa decisión el año calendario empezaba el 21 de marzo (por los aborígenes, que se guiaban por resultados de la naturaleza), fecha en la cual se celebra el equinoccio de primavera, relacionado al primer signo zodiacal de Aries; donde el día y la noche tienen la misma duración; y continua el desplazamiento de la tierra en su movimiento alrededor del sol, hacia el solsticio de verano entre el 21 y 22 de junio, asociado al signo cáncer, día más largo del año, y luego el 21 de septiembre, el equinoccio de otoño, asociado al signo Libra, donde la duración del día y la noche vuelven a ser iguales, para llegar el 22 de diciembre, al solsticio de invierno, asociado al signo sagitario, el día más corto del año. Todo esto para el hemisferio norte del planeta.